Rodar en la CDMX puede ser atemorizante, como si estuvieras en Mad Max Fury Road.
Desde los baches, clavos, pequeños vidrios del envase de caguama que te pueden dejar con una pinchadura.
Los autos que pueden pasarte rosando si les cedes el carril que por regla te pertenece.
Todo en combinación con la bienvenida de Tlaloc al llover o la falta de datos para encontrar un taller en el Maps.
Debes prevenir y rodar cómodo
